La energía vital circula en nuestro cuerpo a través de los canales que se denominan chakras, meridianos y nadis. A la vez, fluye alrededor de nosotros en un campo magnético que se llama aura.
Esta energía alimenta los órganos y las células. Cuando el flujo de esta energía se interrumpe, resulta en un mal funcionamiento de los órganos y las células. La energía se interrumpe cuando conscientemente o inconscientemente tenemos un pensamiento malo sobre nosotros mismos.
Reiki sigue los canales de energía en nuestro cuerpo y avanza sanando, limpiando, enlazando el flujo de energía que esté interrumpido. Reiki eleva la vibración del campo magnético de nuestro cuerpo interno y externo donde están adjuntas estas pautas de pensamiento o las sensaciones malas. Así, estas pautas desaparecen como resultado y la energía vital empieza fluir correctamente en nuestro cuerpo.